Assassin’s Creed: Syndicate llega en un momento convulso para la franquicia, después de un Unity que levantó ampollas por su poco pulido y llegar repleto de bugs y problemas técnicas, Ubisoft debe dejar claro que la anualidad de la franquicia tiene un sentido y, sobre todo, no compromete el resultado de sus entregas.
Por primera vez en la historia de la franquicia no es Ubisoft Montreal la encargada de una entrega principal y es el estudio de Québec, encargado de DLC como Freedom Cry o Dead Kings, el que lleva alrededor de tres años trabajando en la aventura en tierras londinenses. Y la Gamescom nos ha dejado ver un extenso pedazo de gameplay del nuevo título.
Por otro lado tenemos las famosas misiones Caja Negra, nacidas en Unity. Es todo un acontecimiento que una saga como Assassin’s Creed incluyera misiones que pudieran ser afrontar de muy distintas maneras pero, en una decisión de diseño absurda, Ubisoft se empeña en mostrarnos todas esas posibilidades justo antes de comenzar la misión. ¿Para qué ofrecerle sensación de libertad y de experimentación al jugador?
Pero todo lo comentado aquí son, como decíamos, errores que se vienen arrastrando desde diferentes entregas. Por desgracia, Assassin’s Creed: Syndicate no parece exento de nuevos fallos en distintos aspectos. Quizá, el que destaque por encima de todo, sea el de la incoherencia que empapa el proyecto, desde lo jugable hasta el contenido.
Intentemos ir al grano: después de entregas apostando por el multijugador competitivo, Unity llegó con un modo cooperativo que se alzó como uno de los grandes puntos de esta entrega. Ahora, Syndicate no incorporará ninguna de estas opciones y simplemente tendremos un modo historia para un jugador.
Por otro lado, el mismo Unity fue criticado por ni siquiera insinuar qué está pasando en la trama del presente, aquella que muchos aficionados siguen con más interés que los eventos históricos. Ahora, sin saber cómo ni haberse detallado de qué manera, sí está confirmado que volveremos a la trama del presente. Un ejemplo evidente de cómo Ubisoft no está tratando su franquicia estrella cómo debería y que, por encima de todo, deja la sensación de que se está trabajando sin un planning interno en condiciones.
Ahora, yendo a situaciones extraídas de la jugabilidad de este Assassin’s Creed: Syndicate, me llaman la atención varios aspectos que rompen con la esencia de la franquicia. ¿Es necesario un gancho en un Assassin’s Creed? Son obvias sus ventajas a la hora de movernos por la extensa ciudad de Londres (el trabajo de recreación es, como siempre, impecable) pero es un añadido que opacará una de las principales señas de identidad de la saga, el parkour y cómo escalar edificios.
Por otro lado, en el fragmento de gameplay protagonizado por Evie podemos ver cómo, entre otras cosas, la asesina utiliza unas bombas voltaicas que electrocutan a varios enemigos o, peor aún, se vuelve invisible. Lo primero es algo que, antes o después, llegaría debido a los avances tecnológicos ocurridos a lo largo de la historia pero la segunda habilidad es, a todas luces, un error de diseño garrafal. ¿Invisibilidad en un Assassin’s Creed? Pero, ojo, no es que tengamos que sacrificar algo a cambio: una vez contemos con la habilidad Camaleón, Evie se volverá invisible al quedarnos quietos.
¿Supondrá el recibimiento de Syndicate un punto de inflexión?
La sensación que queda es la de Ubisoft prefiriendo dar palos de ciego antes de interrumpir su calendario de lanzamientos y centrar esfuerzos en revitalizar la franquicia y alzarla al sitio que merece una marca que nos ha dado joyas como Assassin’s Creed II.
En Assassin’s Creed: Syndicate se mantienen errores tradicionales, se han eliminado elementos que funcionaron a la perfección en anteriores entregas y se han añadido otros que parecen romper con la esencia de la franquicia. Por primera vez en ocho años, ni siquiera tengo curiosidad por saber qué tiene que ofrecer Ubisoft este año. El 23 de octubre llegará a PC, PS4 y Xbox One.
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