En un acuerdo judicial con 38 estados, Google acedió a destruir mails, contraseñas e historiales web recogidos mientras los vehículos de Street View recorrían los barrios para captar imágenes que ofrece en Google Maps entre 2008 y 2010.
"Este acuerdo aborda las cuestiones de privacidad y protege los derechos de las personas cuya información fue recogida sin su permiso", dijo el fiscal de Nueva York, Eric Schneiderman, en un comunicado. "Los consumidores tienen derecho a proteger su información personal y financiera de un uso indebido y no deseado por parte de empresas como Google", agregó.
Liderados por el entonces fiscal general del estado de Connecticut, Richard Blumenthal, un grupo de estados iniciaron una investigación en 2010 después de que la compañía revelara que sus coches encargados de recoger los datos para Street Viewhabía, inadvertidamente, recopilado datos de redes Wi-Fi de los hogares.
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